martes, 2 de abril de 2013

Gracias, Luis

En las primeras semanas de 2004, cuando estaba ultimando mi tesis doctoral, viajé hasta Madrid para entrevistarme con el entonces Consejero del Tribunal de Cuentas Luis Martínez Noval con la única credencial –ni más ni menos- que la referencia del catedrático y amigo común Carlos Monasterio Escudero. Luis me recibió en su despacho de la calle Padre Damián como si fuésemos conocidos de toda la vida y me brindó desde el principio toda su colaboración para lo que yo le pedía.

Para hacer el trabajo empírico del tercer ensayo de mi tesis, sobre la deuda de las empresas públicas autonómicas, necesitaba esos datos que, mira por donde, nadie más que el Tribunal de Cuentas estaba publicando entonces (el Banco de España, a pesar de tenerlos, sólo lo hacía de forma agregada). Y Luis me facilitó llegar a esos datos, permitiéndome de paso conocer la riqueza de la biblioteca de la "casa", en la sede que el supremo órgano fiscalizador tiene en la madrileña calle de Fuencarral. A quienes hoy recomiendan la transparencia como la moda del prêt-à-porter, habría que recordarles que Luis ya se vestía entonces (y mucho antes) con esos finos paños.

Gracias Luis. Gracias por ese favor que me hiciste y que me metió de lleno en la carrera académica. Sin tu colaboración y tu concurso hubiese sido poco menos que imposible realizar el tercer ensayo de mi tesis. Así lo hice constar entonces en la página de agradecimientos y así lo reitero ahora.

Gracias doctor Martínez Noval. Gracias también por tener el empeño de terminar tu propia tesis doctoral que, además de ser un trabajo académico de nivel (cum laude, a juicio del tribunal que la valoró), recoge tus intachables principios políticos y éticos sobre el sistema de pensiones públicas. Reclamo desde estas líneas una edición conmemorativa de ese trabajo, ahora sólo disponible en entregas parciales en diversas revistas. Esos mismos principios son los que guiaron tu gestión como socialista y como Ministro de Trabajo y Seguridad Social, de los cuales Asturias y España se han podido beneficiar durante mucho tiempo.

Por avatares de la vida, ahora trabajo en la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias, en un momento de especial importancia para la fiscalización de la gestión pública, como bien sabías desde tu etapa en el Tribunal de Cuentas y ya en las anteriores responsabilidades que fuiste ocupando. En tu última conferencia en la Universidad de Oviedo, el pasado 8 de noviembre de 2012, hablaste de este tema, con el rigor habitual y con la didáctica de quien había sido profesor de la Facultad de Económicas (aunque yo creo que esta condición de docente e investigador nunca se pierde, motivo por el cual yo no conozco a ningún “ex-profesor”).

Sirva este pequeño homenaje personal para honrar tu memoria. Nos quedan tus recuerdos, tus textos y tus aportaciones. Muchas de esas enseñanzas las seguiremos aplicando porque nos queda casi todo por hacer y aún más por evitar que desaparezca lo que tú mismo ayudaste a levantar.
Publicado en El Comercio el 2 de abril de 2013    


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